


La apnea del sueño es un trastorno caracterizado por interrupciones recurrentes en la respiración durante el sueño, que afecta a una tercera parte de la población adulta. Estas pausas en la respiración, que pueden durar desde unos pocos segundos hasta minutos, pueden ocurrir muchas veces a lo largo de la noche. ¿Cuáles son sus síntomas y sus causas, y cómo tratarla?
La apnea del sueño se clasifica en tres tipos principales:
- Apnea obstructiva del sueño (AOS): es la forma más común, representa aproximadamente el 80-90% de todos los casos diagnosticados de apnea del sueño. Se produce cuando los músculos de la garganta se relajan excesivamente durante el sueño, bloqueando las vías respiratorias.
- Apnea central del sueño: menos común que la AOS, se produce cuando el cerebro no envía las señales adecuadas a los músculos que controlan la respiración.
- Apnea compleja del sueño: también conocida como apnea del sueño mixta, es una combinación de apnea obstructiva y central.
El doctor Marcelo Cáncer, cardiólogo de OSPEDYC, comentó que “los síntomas incluyen ronquidos fuertes, somnolencia diurna excesiva, dificultad para concentrarse y episodios de respiración irregular durante el sueño. Si no se trata, la apnea del sueño puede conducir a complicaciones serias como enfermedades cardiovasculares, hipertensión y problemas metabólicos. Es importante buscar atención médica si se sospecha de este trastorno”
Factores
En la región, un estudio ha estimado que la prevalencia del síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS) en la población general es del 32,9%, siendo más común en hombres y en personas de edad avanzada. Además, se calcula que la prevalencia de SAHOS moderado-grave en la población general podría alcanzar el 15%.
La apnea del sueño se debe tanto a factores fisiológicos como a hábitos de vida. “Entre los factores fisiológicos se destacan las obstrucciones en las vías respiratorias, alteraciones anatómicas o condiciones médicas vinculadas a la hipertensión, la diabetes tipo 2 o las enfermedades cardíacas. Por otro lado, la obesidad, el consumo de alcohol, el tabaquismo, el sedentarismo y una rutina de sueño irregular son aspectos relacionados con el estilo de vida que también pueden resultar determinante”, comentó Cáncer.
Mientras que se ha demostrado que el Síndrome de Apnea e Hipopnea del Sueño (SAHOS) está relacionado con un mayor riesgo cardiovascular. Además, los pacientes con SAHOS tienen entre 2 a 4 veces más riesgo de padecer arritmias complejas y presentan mayor riesgo de desarrollar muerte súbita durante la noche.
Diagnóstico
El diagnóstico de la apnea del sueño implica una combinación de evaluaciones médicas, cuestionarios y pruebas específicas, cuestionarios y evaluaciones médicas preliminares y una poligrafía nocturna con oximetría domiciliaria. Un diagnóstico preciso es fundamental para establecer un tratamiento adecuado y eficaz para la apnea del sueño.
Las guías prácticas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria recomiendan la detección temprana y el tratamiento de este trastorno en dicho grupo de pacientes.
El doctor Cáncer aclaró que “el tratamiento de la apnea del sueño varía según la gravedad del trastorno y las características individuales del paciente. Hay tratamientos no invasivos relacionados con el estilo de vida (pérdida de peso, ejercicio, evitar el alcohol y el tabaco, entre otros). También se puede recurrir a la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), por medio de un dispositivo que proporciona aire a presión constante a través de una mascarilla que se usa durante el sueño. Esto ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas y previene los episodios de apnea. Finalmente, se puede acudir a intervenciones quirúrgicas para casos severos”. (DIB)
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