Los problemas relacionados con la visión durante los años de crecimiento pueden impactar significativamente en el bienestar de los más chicos. El 80% de la información que recibimos llega a nuestro cerebro a través del sentido de la vista.
“Cualquier problema no detectado durante la etapa escolar de los niños impacta sustancialmente en su comportamiento en general y en sus logros académicos en particular”, explicó Betty Arteaga, Médica Oftalmóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires.
“Los problemas de foco incluyen un grupo de condiciones que impiden que los ojos vean una imagen definida. Los defectos principales en chicos incluyen la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo”, amplió.
La médica explicó que “sin una visión clara un chico puede no ser capaz de ver el pizarrón y desempeñarse correctamente en la escuela y puede no ser capaz de leer, hacer deportes, jugar e interactuar socialmente con su entorno, disminuyendo su calidad de vida”.
“Todo esto puede llevarnos a creer que un niño tiene problemas de conducta o de aprendizaje cuando en realidad la dificultad puede radicar en un problema de visión pasado por alto”, señaló Arteaga.
En ese sentido, para mantener una buena salud visual pidió recordar “las cuatro P” recomendadas por la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera:
-Prevenir: comer sano, adoptar hábitos saludables, jugar en exteriores y reducir el tiempo de exposición a las pantallas.
-Proteger: usar anteojos de sol de calidad y antiparras apropiadas según el tipo de deporte que se practique.
-Preservar: realizar los controles médicos rutinarios, en caso de tener anteojos prescriptos, usarlos según consejo médico y no colocar medicación en los ojos sin realizar una consulta médica.
-Priorizar: el control oftalmológico anual es tan importante como cualquier otro control médico de rutina. (DIB)
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