Por año, se diagnostican 21.000 nuevos casos. Es la primera causa de muerte por cáncer en la mujer, con unos 6400 fallecimientos anuales. El 75% de quienes son diagnosticadas no tienen antecedentes familiares. Cómo se pueden disminuir los factores de riesgo.
El panorama atípico que generó la pandemia por coronavirus retrasó, entre otros controles médicos, los screenings anuales, fundamentales para detectar a tiempo casos de cáncer de mama. “Una gran proporción de mujeres no realizaron los estudios en los últimos dos años, por lo cual hoy es posible que haya una mayor afluencia de pacientes con lesiones diagnosticadas a destiempo”, dice el Dr. Adrián Nervo, Subjefe del Servicio de Oncología Mamaria del Instituto Alexander Fleming (IAF).
Además, aquellas mujeres que se autopalparon un nódulo durante el período de pandemia sufrieron retraso en el diagnóstico “debido a la dificultad para acceder con rapidez a la consulta médica y estudios diagnósticos, con lo cual hoy enfrentan situaciones más avanzadas de enfermedad”, agrega Nervo.
Entre los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama, influye el sexo, la edad, los factores genéticos y ambientales y el estilo de vida. Pero existen otros que son modificables, que deberían ser encarados a tiempo:
Sobrepeso: Es recomendable mantener un peso saludable acorde con el sexo, edad y contextura física. Se ha comprobado que la obesidad en mujeres posmenopáusicas aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama.
Alcohol: el alcohol aumenta los riesgos de padecer cáncer de mama. Varios estudios demuestran que las mujeres que ingieren de dos a cinco copas diarias aumentan 1,5 veces el riesgo de padecer cáncer.
Los hábitos de vida saludables son factores clave para prevenir el desarrollo de enfermedades. “Mantener el peso ideal, realizar actividad física y llevar una buena alimentación son tres factores íntimamente relacionados entre sí y deben mantener un equilibrio. El adecuado balance entre lo que se ingiere -tanto en calidad como en cantidad- y lo que se consume en energía (calorías) nos lleva a mantener un peso saludable”, afirma la Licenciada en Nutrición Gabriela Santos Mendiola, Jefa de la sección de Nutrición del IAF.
Factores que tienen un “efecto protector” contra el cáncer de mama:
· Actividad física: la actividad física se ha relacionado con una mayor supervivencia y un menor riesgo de que el cáncer de mama reaparezca. Resulta conveniente realizar un mínimo de 2.5 a 5 horas semanales de actividad física moderada, como caminatas enérgicas.
· Alimentación: rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, lácteos descremados, aumento de carnes blancas y disminución de carnes rojas y alimentos ultraprocesados.
· Hidratación: ingerir abundantes líquidos, en especial agua.
Además de una alimentación equilibrada y de mantener un peso adecuado a la altura, otros hábitos saludables que contribuyen al bienestar son “la actividad física, especialmente aeróbica; un buen descanso nocturno, no fumar y limitar las bebidas alcohólicas”, explica la Dra. Maria Victoria Costanzo, Subjefa del Servicio de Oncología Mamaria del IAF.
Los cuidados durante y luego de los tratamientos del cáncer de mama implican “lograr un bienestar integral físico y psíquico. Luego de la cirugía se recomienda realizar ejercicios para estimular la movilidad del brazo y evitar el linfedema. Es muy importante lograr un bienestar psíquico personal, para lo cual es de gran importancia el acompañamiento familiar, de amigos o el apoyo psicológico”, agrega el Dr Martin Loza, Mastólogo y Ginecólogo del Instituto Alexander Fleming.
¿Qué sucede con la actividad deportiva una vez diagnosticada la enfermedad? El Dr. Nervo detalla que “no existen razones para contraindicarla durante el tratamiento o curso de la enfermedad; sí tal vez algunas restricciones durante el postoperatorio o la quimioterapia dirigidas a atenuar intensidad del ejercicio físico o cuidados específicos con el brazo homolateral a la cirugía, pero en general es una actividad altamente recomendable”.
También se aconseja utilizar cremas hidratantes en la zona expuesta al tratamiento radiante, para minimizar sus efectos sobre la piel.
Mitos y verdades sobre el cáncer de mama
¿A qué edad debería comenzar los controles mamarios?
“En mujeres asintomáticas, sin antecedentes de cáncer de mama en la familia, se recomienda realizar una mamografía por año a partir de los 40 años. En el caso de las pacientes con antecedentes familiares de cáncer de mama, se sugiere comenzar el estudio 10 años antes de la edad al diagnóstico del familiar”, detalla la Dra. Luciana Sabatini, Mastóloga y Ginecóloga del Instituto Alexander Fleming
¿Tengo más riesgo de tener cáncer de mama si tengo antecedentes familiares?
La mayoría de los casos se producen de forma esporádica (75%), es decir que no se relacionan con los antecedentes familiares ni con mutaciones genéticas. “Sin embargo la presencia de familiares con cáncer de mama, en especial los de primer y segundo grado, tanto de la rama materna como paterna, deben ser tenidos en cuenta por el médico tratante, ya que existen mutaciones genéticas o síndromes familiares que aumentan la predisposición a desarrollar la enfermedad”, agrega Sabatini.
¿Es útil realizar una resonancia magnética mamaria?
“La RM es el método por imágenes más sensible para la detección de cáncer de mama invasor. Las indicaciones para agregar una RM son las mujeres con fuertes antecedentes familiares o mutaciones genéticas, o aquellas que se presentan con mamas densas premenopáusicas y con antecedentes de cáncer de mama. También en aquellas con diagnóstico de cáncer de mama que se reconoce solo en los ganglios linfáticos y no en la mama (lo que se denomina cáncer oculto) y en el caso de imágenes que generan dudas. También son útiles para estudiar la indemnidad de los implantes mamarios”, explica el Dr. Daniel Mysler, Jefe del Departamento de Diagnóstico por Imágenes del IAF.
Si me encuentran microcalcificaciones, ¿son siempre malignas?
Las calcificaciones mamarias son sumamente frecuentes. En su gran mayoría son benignas. “Cuando en las mamografías, especialmente en las imágenes ampliadas (magnificadas), presentan formas sospechosas o se encuentran agrupadas pueden presentar riesgo de corresponder a una lesión mamaria in situ o invasora. Para avanzar en el diagnóstico es necesario obtener una muestra de estas calcificaciones guiadas por las imágenes”, detalla el mismo profesional.
¿Por qué la mamografía no detectó mi tumor?
Si bien la mamografía constituye el estudio de elección para la detección de imágenes sospechosas, existen algunas situaciones que pueden disminuir la sensibilidad de este estudio, como tener mamas densas, lo cual sucede frecuentemente en pacientes jóvenes. En estos casos resulta de gran utilidad complementar el estudio con una ecografía.
Si tengo prótesis, ¿éstas pueden enmascarar lesiones malignas?
Aquellas pacientes que tengan prótesis mamarias, ya sea por delante (retroglandulares) o por detrás del músculo pectoral (retropectorales), deben complementar la mamografía convencional con una técnica que se denomina Eklund, “que retropulsa los iimplantes con el objetivo de poder visualizar la glándula en su totalidad sin el obstáculo de la prótesis. Esta técnica no genera dolor ni mayor riesgo de ruptura de las prótesis”, dice la Dra. Verónica Fabiano, Médica Ginecóloga y Mastóloga del IAF.
El uso de anticonceptivos orales: ¿constituyen un riesgo para desarrollar cáncer de mama?
Siempre ha sido un tema de debate el potencial riesgo de la utilización de anticonceptivos orales para desarrollar cáncer de mama. Algunos estudios científicos sugieren un leve incremento del riesgo, mientras que otros demuestran lo contrario. Por otro lado, está comprobado que el uso de anticonceptivos orales disminuyen otros tipos de cánceres, como por ejemplo, el cáncer de endometrio, ovario y colon. “Es importante discutir con cada paciente en particular el potencial riesgo para elegir este método anticonceptivo y recalcar la importancia de tomar medidas para mejorar el estilo de vida y así no solo reducir el riesgo de cáncer de mama sino también de otros tipos de patologías”, agrega Fabiano.
¿Existe el cáncer de mama en hombres?
“Sí, los hombres también pueden desarrollar cáncer de mama. Si bien no es frecuente (sólo el 1% de los tumores de mama son cancerosos), es muy importante conocer su existencia, ya que habitualmente el diagnóstico se realiza en estadíos más avanzados. Los métodos para el diagnóstico y el tratamiento no difieren a los disponibles en mujeres. En estos casos se sugiere además realizar asesoramiento genético”, dice Sabatini.
“Ante el diagnóstico de cáncer de mama es fundamental el correcto enfoque para decidir la conducta a seguir. Ante esta situación cobra mayor importancia el diseño de una estrategia adecuada que la urgencia en realizar el tratamiento quirúrgico pensando que ésta es la mejor decisión. Abordar la enfermedad de forma multidisciplinaria ha demostrado un fuerte impacto positivo en el éxito del tratamiento. Los profesionales de la salud debemos trabajar en equipo, cada uno desde su área, para lograr los mejores resultados”, concluye el mastólogo Dr. Federico Coló, director Médico del Instituto Alexander Fleming.
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