



ORGANIZACIÓN. Algunos artesanos consideran que ya deberían haber empezado a confeccionar los motivos. Además de carecer de tiempo, tampoco tienen dinero para invertir.
Tras un año y medio de pandemia, y ante las aperturas de más actividades, una de las dudas que surgen entre los linqueños es si, finalmente, habrá edición 2022 del Carnaval.
Más allá de las ganas, tanto de los artesanos como de todos los vecinos, parece impensado poder organizar la fiesta en lo que queda de tiempo.
Así lo manifestó el carrocero Raúl Traversa, quien dijo: “Veo complicada la posibilidad de hacer el Carnaval. Primero, por una cuestión de tiempo, porque hoy el carrocero ya debería estar trabajando, ya que, a más tardar en septiembre, deberían tener las cosas resueltas. Por otra parte, todavía no autorizaron las reuniones masivas de más de 1.000 personas. Y a nuestro Carnaval concurren entre 30.000 y 40.000 personas por noche”.
En el mismo sentido agregó: “El gasto que genera la instalación de la estructura del Carnaval llega a los casi $130 millones de inversión. No creo que se justifique semejante inversión para tener un público limitado, con todos los protocolos que se deben cumplir”.
Por su parte, su par Carlos Rivero se refirió a la importancia de mantenerse activos haciendo artesanías. “Volver a empezar va a ser complicado. Nosotros buscamos la forma de reinventarnos para poder seguir adelante con todo esto y no perder la mano, porque, en la artesanía, si no ensayás muy seguido, perdés la práctica”, señaló.
A esto, Traversa le sumó: “Es complicado, porque no sólo perdés la mano, sino que, al no haber Carnaval, se necesita una inversión importante para volver a empezar. Quizás a ese dinero no lo tenés, porque, por lo general, lo que ganás por el premio es lo que invertís para la carroza del próximo año, pero esa cadena se rompió. Lamentablemente, nos tocó esto y hay que adaptarse”.
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