El Ministerio de Salud provincial instaló los colectivos del «Vacunate Móvil» en los partidos de Tres de Febrero, San Miguel, La Matanza, Lanús, San Isidro y en el interior bonaerense se sumaron Azul y Villa Gesell.
El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires puso en funcionamiento vacunatorios móviles para iniciar la campaña de vacunación «casa por casa» en los siete distritos bonaerenses donde se detectó menor porcentaje de inoculación contra el coronavirus.
Según anunció ayer el ministro Nicolás Kreplak durante una conferencia de prensa, a partir de este miércoles se instalaron los colectivos del «Vacunate Móvil» en los partidos de Tres de Febrero, San Miguel, La Matanza, Lanús, San Isidro y en el interior bonaerense se sumaron Azul y Villa Gesell.
El funcionario insistió en la necesidad de que las personas se inoculen dado que «todavía queda una población que no se vacuna, que son pocos».
También remarcó que «el objetivo que teníamos era lograr alcanzar en personas mayores de 50 años el 60% de cobertura de esquema completo. Ya lo hemos superado y seguimos vacunando a máxima velocidad».
En la capilla del barrio el Ejército de Los Andes, del municipio de Tres de Febrero, se armó un centro de vacunación, con un gazebo en la puerta para ordenar el ingreso, desde las 10 hasta las 16 horas.
Testimonios
Lorena Alvarez, de 39 años, fue la primera en llegar y pudo recibir su vacuna contra el coronavirus.
«No me quería vacunar porque tenía miedo y porque todas las personas que conozco tuvieron síntomas después de la vacunación. Pero hoy vine decidida, aprovechando que están en el barrio», expresó la mujer, que contó que ya había recibido el turno y que en su familia ya se habían inoculado.
Pamela Velez, de 37 años, fue a vacunarse acompañada por su pareja. En diálogo con Télam, contó que tenía el turno, pero que le agarró «gripe» días previos, y no pudo vacunarse.
Con un poco de nervios comentó que se enteró de que iban a estar en el barrio. «Tomé coraje y vine», dijo.
A su vez, enfatizó con lágrimas en los ojos que la vacunación es importante porque «se perdió mucha gente y está en juego la vida de uno y de la familia».
Marina Burgos, coordinadora del vacunatorio, comentó a Télam que el objetivo de la vacunación móvil «es poder llegar a todos los puntos del territorio donde haya personas que no han podido acceder o a la inscripción o a la vacuna».
Y agregó que además de la posta móvil, organizaciones sociales, políticas y la misma comunidad del barrio va a «cuadrillar» y buscar a las personas a sus domicilios. «Si no pueden vacunarse acá, les llevamos la vacuna, para que todos puedan estar inmunizados contra el Covid, ya que hay personas que no tienen acceso a Internet o no pueden movilizarse, sumado al miedo por la desinformación», dijo. Rossana Ferrando y Marcela Castilla viven hace más de 50 años en el barrio Ejército de Los Andes, integran una de las cooperativas del lugar, y salieron a avisar a los vecinos que podían inocularse. «Es muy importante vacunarse, para no morirnos. Hay que concientizar y salir a informar», afirmó Castilla. Por su parte, Ferrando remarcó que lo que crea el miedo «es la desinformación» y que cuando llevás a un niño a inmunizarse, con cualquier vacuna de calendario, puede tener reacciones adversas, porque «te están inoculando el virus atenuado y el cuerpo reacciona». En el sector posvacunación esperaba Fabián Calle, de 28 años, que se aplicó la primera dosis de Sinopharm. Contó que su hermana publicó en las redes que iban a vacunar en el barrio y se animó a ir. «Tenía miedo porque a la gente que se vacunaba le dolía el cuerpo, pero pensándolo bien es una protección para que el virus no me ataque. Ojalá que me sienta bien», manifestó. Sentados bajo el gazebo, Julián Martín, de 49 años, y Sabrina, su pareja, esperaban su turno para inmunizarse por primera vez. Sabrina, como muchos vecinos, comentó que tenía miedo, y Julián no pudo inscribirse porque perdió su DNI, pero con su constancia desde la posta de vacunación le permiten vacunarse. Recorrido casa por casa Al mediodía comenzó el recorrido por el barrio. Noelia López, Directora Provincial de Salud Comunitaria junto con integrantes del vacunatorio, y Hugo, de la cooperativa barrial La Germán, emprendieron el «puerta a puerta».
Dos vacunadoras cargaron dos heladeras con aproximadamente 20 vacunas que subían y bajaban las angostas escaleras y cruzaban las pasarelas de chapa que conectan las tres torres.
La primera puerta que se golpeó fue la de Víctor Hugo, un joven con poca movilidad debido a su obesidad
Su madre, que ya está inmunizada, fue quien abrió con gran alegría, y manifestó «esperar mucho este momento».
Subiendo tres pisos más, tocando la segunda puerta, una vecina demostró gran oposición para que la vacunarán, pese a la insistencia del equipo.
A través de las rejas, otro vecino mostraba su mano vendada, ya que había sido operado, y se decidió esperar para inocularlo por si presentaba algún síntoma post operatorio.
Los vecinos se asomaban desde las ventanas curiosos, algunos preguntaban hasta cuando iban a estar vacunando, y otros afirmaban que ya lo habían hecho.
Luego, llegando al noveno piso, acompañados de Jimena, fue el turno de inmunizar a su hermana Blas Ignacia Galeano de 58 años, que está en silla de ruedas luego de haber tenido un ACV, y las torres «no cuentan con ascensor para que pueda bajar», expresó su madre Virginia Galeano.
Blas dijo estar «contenta por recibir la vacuna», y ya no pudo hablar más de la emoción que eso le generó.
Las tres mujeres tuvieron Covid hace tres meses, fueron atendidas virtualmente por un médico y aún Virginia no recuperó el olfato.
Finalizado el recorrido, López diálogo con Télam y dijo: «Me pone muy contenta, me emociona y me hace creer que lo que estamos haciendo es lo correcto, que hay que salir a buscar porque hay personas que por diferentes circunstancias no se han podido vacunar y que es importante la presencia del Estado y de los equipos comunitarios de salud».
La funcionaria bonaerense terminó con una reflexión: «Lo que rescatamos de la jornada en el barrio es que se profundiza la estrategia comunitaria. Es importante la articulación con los referentes barriales que nos van orientando sobre aquellas personas que saben que tienen dificultades para acercarse a las postas, o que tiene resistencia a vacunarse, seguramente con el correr de los días vamos a poder lograr acercarnos mucho más a las personas».
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