La educación es peligrosa…
Con las escuelas cerradas, este gobierno, un gobierno ausente, que no supo cómo hacer frente a la crisis, con uno de los peores resultados a nivel mundial en la lucha contra el covid-19 a pesar de padecer uno de los confinamientos más largos del mundo, limitando nuestras libertades individuales, un gobierno que pisoteó las instituciones y se doblegó ante los gremios, no sólo privó a los alumnos de un derecho esencial como es la educación sino que clausuró la vida institucional de las escuelas.
La pésima y sesgada comunicación generó incertidumbre y desconfianza, por lo que deberíamos estar muy atentos y no caer en el engaño de confiar en que va a haber presencialidad, porque seguro “no van a estar dadas las condiciones”.
Los organismos como la “Academia Nacional de Medicina” manifestaron la necesidad de que los chicos vuelvan a las escuelas. Su cierre no sólo les impide aprender sino que los expone a riesgos como abusos, trabajo infantil, embarazo adolescente, enfermedades, suicidios, desnutrición, deserción. Para muchos la escuela es un lugar de refugio, de alimentación (totalmente descuidada durante este tiempo) de cobijo y por supuesto de aprendizaje.
El aula es el espacio indicadopara enseñar a los alumnos cómo prevenir los contagios. Para construir una “cultura de la prevención”. Cumpliendo Protocolos, como hicieron con la actividad turística y los casinos.
El Reglamento de Escuelas prevé un “PLAN DE PREVENCIÓN DE RIESGOS” que se construye con intervención de la comunidad educativa, como una oportunidad de involucrarnos y participar.
Las autoridades educativas tienen la obligación de elaborarlo, garantizar ámbitos seguros para el desarrollo de la enseñanza y aprendizaje.Es lamentable y de una gravedad sin precedentes que se hayan negado a trabajar por la vuelta a clases presenciales, perjudicando claramente a quienes dicen cuidar.
Declarar la educación como actividad esencial es asumir y asegurar los derechos de nuestros alumnos.
Hoy, más que nunca invertir el dinero en preparar las escuelas, equipar a los docentes y auxiliares, si es necesario remodelando aulas para permitir el distanciamiento físico, una mejor ventilación, medidas constantes de higiene. Cuando los salones no permitan los metros de distanciamiento los alumnos deberían ser divididos en grupos, los recreos escalonados, las aulas desinfectadas con más frecuencia, uso del tapabocas, lavado de manos al ingresar y con mayor regularidad, más actividades al aire libre.
Esto es un PLAN que es a lo que se negó este gobierno.
Personalmente, más que la inacción o mal intención de un gobierno, creo que es más peligrosa la naturalización y pasividad de los ciudadanos que deberíamos estar alertas, movilizarnos, reaccionar ante este autoritarismo que perjudica a nuestros niños y jóvenes y no aceptar con tanta facilidad que limiten nuestros derechos y libertades.
Podríamos lograr instituciones más sólidas y obligaríamos a los gobernantes a cumplir con su responsabilidad.
MARISA MORANDO
ADELANTE BUENOS AIRES
UCR
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