El confinamiento provocó un aumento de la presión arterial en los pacientes ingresados en UCI por Covid-19, según un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Universitario Fundación Favaloro de Buenos Aires (Argentina) y que fue presentado en el 46 Congreso Argentino de Cardiología (SAC).
“La admisión al servicio de Urgencias durante el período de confinamiento se vinculó a un aumento del 37% del riesgo de tener presión arterial alta, incluso después de tener en cuenta la edad, el sexo, mes, día y hora de la consulta, y de si el paciente llegó en ambulancia”, explicaron los investigadores.
El estudio se realizó en el servicio de urgencias del Hospital Universitario Fundación Favaloro. La frecuencia de hipertensión arterial entre pacientes de 21 años o más durante los tres meses de aislamiento social (20 de marzo al 25 de junio de 2020) se comparó con dos períodos de tiempo anteriores: los mismos tres meses en 2019 (21 de marzo a 27 de junio de 2019) y los tres meses inmediatamente anteriores al confinamiento en Argentina (13 de diciembre de 2019 al 19 de marzo de 2020).
El estudio incluyó a 12.241 pacientes. La edad media fue de 57 años y el 45,6% eran mujeres. Durante el periodo de aislamiento de tres meses, 1.643 pacientes ingresaron en el servicio de Urgencias. Esto fue un 56,9% menor que durante los mismos tres meses de 2019 (3.810 pacientes) y un 53,9% menor que durante los tres meses inmediatamente anteriores al aislamiento social (3.563 pacientes).
Durante el período de aislamiento social, 391 (23,8%) pacientes ingresados en Urgencias presentaban hipertensión arterial. Esta proporción fue significativamente mayor en comparación con el mismo período de 2019, cuando fue del 17,5%, y en comparación con los tres meses anteriores al aislamiento social, cuando fue del 15,4%.
“Hay varias razones posibles para la conexión entre el aislamiento social y la presión arterial alta. Por ejemplo, un mayor estrés debido a la pandemia, con un contacto personal limitado y la aparición o exacerbación de dificultades financieras o familiares. Los cambios de comportamiento pueden han influido, con una mayor ingesta de alimentos y alcohol, estilos de vida sedentarios y aumento de peso”, expresaron los expertos. (DIB)
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