Horas muy difíciles vive la humanidad por la pandemia del coronavirus que, por la tragedia humana que significa y las calamidades económicas que ocasiona, ha alcanzado una magnitud comparable con una guerra mundial.
Más de 127.000 muertos y 1,9 millones de contaminados en todo el mundo, dan cuenta de ello.
En las últimas horas, Donald Trump ha anunciado que Estados Unidos suspenderá el financiamiento que hace a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por entender que el organismo internacional “encubrió la difusión errónea de información de China”, sobre la propagación del virus.
Una noticia que le agrega gravedad a una situación por demás conflictiva y con consecuencias que todavía resultan difíciles de prever.
Desde los países más desarrollados hasta nuestra geografía más cercana, la crisis del coronavirus atraviesa el planeta y constituye el tema de mayor preocupación.
En nuestro país, el gobierno ha extendido la prolongación del aislamiento obligatorio con la intención de continuar con una estrategia que, en principio, ha logrado aplanar la curva de crecimiento del contagio y parece alejar la posibilidad de un pico de infectados que provoque el desborde en los centros sanitarios de atención.
De todas maneras, el número de personas fallecidas por la enfermedad ya supera el centenar y día a día crece el número de contaminados.
Pero la prolongación de la cuarentena extiende el período de parálisis que atraviesa la mayor parte de la actividad económica del país y con ello le agrega preocupación a las expectativas futuras.
El presidente Alberto Fernández ha reiterado que la prioridad de su gobierno pasa por la atención de la salud de la población y, en ese sentido, se apuran las medidas más salientes.
No obstante, ha citado para mañana –jueves 16- a todos los gobernadores a una reunión en la quinta de Olivos donde informará sobre los puntos salientes de la oferta que Argentina presentará ante los bonistas de Wall Street para continuar con las negociaciones de su deuda externa.
Por otra parte, en el plano interno, trascendió que se estudia instaurar un impuesto a la riqueza, que alcanzaría a unas 15 mil personas titulares de las fortunas más importantes del país.
Los cálculos oficiales dicen que con este tributo se podría recaudar alrededor de 800 millones de dólares que serían destinados a incrementar la asistencia a las provincias en el marco de la pandemia.
Desde la oposición se ha criticado duramente esta propuesta y algunos sectores le atribuyen a la iniciativa una inspiración revanchista.
“El populismo es más peligroso que el coronavirus”, ha dicho Mauricio Macri y ese pensamiento parece impulsar al ala más radicalizada del PRO. Claramente, no es esa la actitud de Horacio Rodríguez Larreta y otros militantes de Juntos por el Cambio que deben afrontar la lucha contra la pandemia desde sus responsabilidades de estar al frente de una gobernación provincial o una intendencia municipal.
Para ellos, definitivamente el coronavirus es más peligroso que trabajar codo a codo con el Presidente por la salud de sus representados.
Mientras tanto, desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) estiman que en 2020 la economía argentina se contraerá un 5,7%.
En este contexto de dramatismo sanitario e incertidumbre social y económica, el comportamiento mayoritario de la población en el cumplimiento de las ordenanzas y las recomendaciones de los profesionales de la salud, es ejemplar. Más allá de los infractores que son noticia por sus irresponsabilidades.
Desde esta página queremos reiterar nuestro agradecimiento permanente a todos los que trabajan silenciosamente por nuestro bienestar sanitario, por nuestra higiene y nuestra seguridad.
Buena semana, hasta la próxima.
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