Las alemnenses Celeste Convers (33) y Victoria Speroni (33), junto a Carla Valguarnera (33), oriunda de Carlos Casares, nos cuentan la odisea de no poder volver a la Argentina, por encontrarse varadas en Cuba.
Las amigas relatan vía mail, las vacaciones que se convirtieron en una odisea para un regreso que todavía no es posible:
“Somos tres amigas que viajamos a Cuba el 15 de marzo con la agencia de viajes “Viajo Bien” con la cual nos contactamos días previos a la fecha de vuelo y nos dijeron que viajemos tranquilas porque nuestro regreso a Argentina sería en tiempo y forma, ya que Cuba en ese momento no constituía (ni constituye) un país de riesgo y teniendo en cuenta las declaraciones de nuestro gobierno el regreso era seguro”.
“Nuestro vuelo tenía escala en Panamá. Ya estando en el aeropuerto logramos conectarnos y nos llego la información sobre lo que estaba sucediendo en Argentina; la suspensión de clases, cierres de fronteras, etc. La situación nos asustó, pero ya estábamos en camino. No podíamos volver atrás”.
“Esa misma noche llegamos a la Habana y al otro día nos dirigimos al Cayo. A dos días de estar allí nos contacto la aerolínea (Copa Airlines) con la noticia de que nuestro vuelo había sido cancelado (programado para el día 25 de marzo),que Copa Airlines dejaba de operar hasta el 21 de abril y el aeropuerto de Panamá cerraba su frontera”.
“Debido a que nuestra agencia de viaje no se hizo cargo, nos comunicamos con la cancillería de Argentina en Cuba, quiénes nos recomendaron que mantengamos nuestro itinerario tal cual lo habíamos planificado, ya que no existía la posibilidad de obtener ningún vuelo ya sea humanitario o comercial”.
“Siguiendo las indicaciones de cancillería, regresamos a la Habana el día 24 de marzo. Cuando llegamos al hotel que teníamos reservado, el gobierno de Cuba decretó cuarentena obligatoria para todos los extranjeros. Pagamos varias noches en este hotel hasta donde nos dio el presupuesto. Por lo que tuvimos que comunicarnos nuevamente con cancillería y nos alojaron en el hotel Tulipán”.
“Estamos esperando que alguien de la embajada se contacte para darnos una fecha certera sobre nuestro regreso ya que no nos brindan demasiada información”.
“Acá la situación es difícil. La incertidumbre de no saber cuántos días nos quedan, justamente en un país donde los recursos y la comunicación escasean, hace que la angustia sea mayor. Se siente mucho la distancia, extrañamos a la familia. Ellos están muy preocupados. Es una situación que nadie vio venir y la solución no está en nuestras manos. Queremos volver a casa”.
“Por último, agradecemos a todas aquellas personas que nos acompañan en este momento”.
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