Con 131 votos a favor, 6 abstenciones y 117 negativos, la iniciativa obtuvo media sanción en la Cámara baja.
La Cámara de Diputados aprobó esta mañana el proyecto de Regulación al acceso de la Interrupción Legal del Embarazo (IVE) con 131 votos a favor, 117 negativos y 6 abstenciones en una sesión maratónica –de más de 20 horas– que tuvo su acompañamiento con vigilias en las calles en una jornada de agobiante calor.
A las 7.23 de la mañana, el tablero dijo que la interrupción legal del embarazo tiene media sanción: la “marea verde”, que acompañó en una vigilia por segunda vez en dos años con un reclamo histórico del movimiento de mujeres argentino, esperaba afuera expectante; mientras que también lo hacían las organizaciones Pro Vida, en contra de la iniciativa. Finalmente, quienes desean “que sea ley” terminaron festejando.
A diferencia de 2018, cuando la Cámara baja le dio luz verde al proyecto con 129 votos positivos, 125 negativos y una sola abstención, esta vez se extendió la brecha. Ahora, el proyecto pasará a la Cámara de Senadores, donde se espera otro intenso debate. En tanto, en Diputados la sesión continuaba con el tratamiento del proyecto de los 1.000 días, que busca garantizar el acompañamiento desde el Estado a las mujeres y personas gestantes que sí desean continuar con el embarazo.
De uno y otro lado de la iniciativa, las diputadas Brenda Austin, Silvia Lospennato, Graciela Camaño, Silvana Ginocchio, Gabriela Estevez y Gabriela Cerruti, fueron las últimas oradoras del debate. Desde los palcos, seguían la sesión con atención funcionarias como la Secretaria Legal y Técnica de Presidencia, Vilma Ibarra y la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidades, Elizabeth Gómez Alcorta, ambas redactoras del proyecto; También estaba la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti y se la vio a la ministra de Seguridad, Sabina Frederic.
Como última oradora del debate, la diputada por el Frente de Todos, Gabriela Cerruti, describió el avance con esta ley como un “momento virtuoso en el que se cruzan demandas colectivas con Estados que se hacen cargo”.
Cerruti comenzó con la dedicatoria a Eduardo “Pino” Solanas, quien falleció el pasado 7 de noviembre en París mientras ejercía su cargo como embajador ante la Unesco: “Permítanme la licencia de traer a un compañero que nos anunció que contra viento y marea iba a ser ley. Pino, acá te decimos que vamos a cumplir y que va a ser Ley”.
Entre aplausos por parte de sus pares a favor de la iniciativa enviada por el Ejecutivo, la diputada nombró dos cuestiones que quiso destacar: el fin de la hipocresía y la consolidación del deseo. Sobre la primera, dijo: “Necesitamos un mundo con menos dobles discursos, con menos secretos. Es en ese lugar donde el patrón va a la misa y a la procesión, donde el patrón viola a la empleada y le paga un aborto”.
Respecto al “deseo”, la diputada dijo que se habló mucho sobre el rechazo al deseo de ser madres en determinados momentos de las vidas de las mujeres y en ese sentido cuestionó que durante todo el debate no se mencionó “lo que sí quieren” esas mujeres que deciden terminar con un embarazo: “No discutimos en toda la noche lo que sí deseamos. Porque cuando un embarazo es no deseado es porque la mujer desea otras cosas y el verdadero conflicto está con esas otras cosas que sí desea”.
Si bien se especuló con que Alberto Fernández, podía hacerse presente en el recinto, el Presidente estuvo atento al debate, pero desde su residencia de Olivos. Hacía varios días que se sabía que el número necesario para la aprobación estaba garantizado, aunque ayer el plan fue consolidarlo e intentar ampliar la brecha como señal hacia la sociedad y hacia el Senado, donde hay una virtual paridad.
También pasaron por el Congreso varios exdiputados de aquel grupo autodenominado “las sororas”, que protagonizaron el debate en 2018. Hubo foto en Pasos Perdidos con la intendenta quilmeña Mayra Mendoza; la ahora diputada provincial santafesina Lucila de Ponti; la correntina Araceli Ferreyra; la presidenta de AySA, Malena Galmarini; y quienes siguen ocupando una banca como Leonardo Grosso; Mónica Macha y Cecilia Moreau, quien abrió el debate. También estuvo Daniel Lipovetsky, actual legislador bonaerense de Juntos por el Cambio.
En la escena faltó Silvia Lospennato, que con Moreau y Macha volvió a ser protagonista en el nuevo debate, mientras que Galmarini, vestida de traje verde, no dejó de buscar más votos. Hubo charlas con gobernadores, como el de San Juan, el de Misiones, el de Salta y el de Tucumán, tanto para sumar como para evitar que otros se cayeran.
Más allá de los 165 discursos divididos entre los que votaron a favor y en contra, no se recreó el clima de confrontación que tuvo el debate en 2018 y predominó un clima de respeto, lo que fue destacado por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. No obtante, varias veces pidió respetar los tiempos acordados: 5 minutos por cada diputado y diputada. Pero los excesos fueron extendiendo el debate y postergando la hora de votación.
Los indecisos y los que sorprendieron
Apenas un puñado de diputados cambió sus votos respecto del debate de 2018. La misionera Flavia Morales (Frente de la Concordia) había votado en contra y ahora terminó por apoyarlo. La correntina Sofía Brambilla (PRO) hizo el camino inverso, igual que la chaqueña Aída Ayala (UCR): habían votado a favor y lo hicieron en contra. La exgobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci (FdT), finalmente respaldó la iniciativa.
“Desde la votación de 2018 he reflexionado, he analizado. La penalización no logra evitar que muchas mujeres realicen esta práctica y más aún en la clandestinidad. En efecto, la intervención del Estado, en este momento, es fundamental”, apuntó Flavia Morales. Y aseguró: “No se trata de lo que yo piense, sino de lo que está pasando allá afuera y estas prácticas clandestinas están ocurriendo aún en pandemia. He entendido que tenemos que optar entre la existencia de una regulación u optar por que las cosas sigan de la misma manera”.
“Vamos a votar de manera transversal porque no podemos ser indiferentes para un problema de salud pública”, señaló por su parte Maximiliano Ferraro en su última sesión como presidente del bloque de la Coalición Cívica. Como en todas las fuerzas políticas, los “lilitos” también tuvieron divisiones internas. Cuatro de los 14 diputados del bloque habían anticipado su voto a favor, el resto fueron voceros de la campaña ‘por las dos vidas’ e incluso María Lucía Lehmann solicitó postergar el debate hasta después de Reyes.
Nancy Sand, del Frente de Todos de Corrientes, anunció su postura cerca de las 2 de la mañana. En el oficialismo la tenían en la lista “celeste”, aunque ella había hecho declaraciones periodísticas a favor de la ley. Así lo destacó: “A pesar de que pensé que podía acompañar lo contrario, hoy debo decir que por formación, por convicción y por conciencia que la interrupción de una vida en desarrollo no es la solución a los problemas”.
En contrapartida, la santafesina Alejandra Obeid (Frente de Todos), católica, reveló que le costó mucho tomar la decisión a favor y agradeció a su bloque y a sus amigas por ayudarla: “Pude entender que lo que pensamos sobre estas leyes no pueden nublar nuestro compromiso de legislar en la ampliación de derechos”.
Otros que terminaron con la incertidumbre durante los discursos fueron el sanjuanino Francisco Guevara, que un día antes visitó a la dirigente de La Cámpora Mayra Mendoza. Guevara es el único diputado “verde” de su provincia. A las 2.39, más de 12 horas después de iniciada la sesión, el jujeño Jorge Rizzotti, de la UCR, develó la incógnita: “Voto a favor”.
La diputada santafesina Vanesa Massetani, del Frente de Todos, advirtió en pleno debate: “Ningún funcionario va a decirme lo que tengo que hacer hoy aquí en esta banca. Fueron elegidos a dedo. A mí me eligió el pueblo”. Y consolidó su voto en contra. (DIB) MCH
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