Volviendo al acto homenaje que se realizó en la sede social del Club Deportivo Sarmiento al insigne maestro, debemos resaltar que a los alumnos de las escuelas primarias que fueron parte de la ceremonia se les obsequio ejemplares de dos de las obras literarias del prócer “Facundo” y “Recuerdos de Provincia”.
Retrotrayéndome al tema lugar de emplazamiento del ombú en el exterior de las instalaciones del club referida en la publicación anterior, la adopto como una versión lógica que justificaría esa decisión, no obstante, no hay que descartar la posibilidad de una elección azarosa, sin una previa evaluación optima del lugar indicado. En este sentido, podemos señalar que, por esos años, si bien la sede social y sus instalaciones anexas tenían delineada una superficie determinada y las tenía en usufructo el club, aún era propiedad de la familia Greene al igual que todos los terrenos circundantes, por ello los limites se tornaban difusos o en la práctica no existían.
Sobre este particular, recuerdo hace varios años en una charla con el entrañable Bonifacio “Boni” Domínguez sobre pormenores de la historia del club, me explicó que Oscar Lombardini y Alfredo Martínez, determinaron el lugar “tranqueando”, bien a lo criollo; es decir, sin tener previamente un lugar preciso de emplazamiento. Aventurando una hipotética situación les dijeron “hay que plantarlo” y “lo plantaron”, con indicación o sin indicación de un sector determinado o preciso del predio, con total informalidad.
Ya no quedan testigos o actores directos de aquel suceso ni he comprobado la existencia de alguna documentación que refleje la exactitud de lo acontecido, es decir si fue plantado de exprofeso fuera del perímetro del club o se trató de un hecho totalmente fortuito, fruto de un mal cálculo o de una improvisación.
Conjeturando sobre el motivo que tuvo el Gobernador Manuel Fresco en propiciar que en cada distrito de la Provincia de Buenos Aires se plantara un ombú en honor al prócer, recordemos que, en la ciudad de La Plata, más precisamente en calle 56 entre 13 y 14 junto al señorial edificio de la Dirección General de Escuelas, se encuentra emplazado el muy reconocido “ombú de Sarmiento” plantado en el mes de noviembre del año 1883 por iniciativa del mismo Domingo Faustino Sarmiento. Allí nace la identificación del ombú con el gran maestro y la decisión de la máxima autoridad provincial, de prosapia conservadora, de rendirle homenaje de esa manera, en el cincuentenario de su fallecimiento. Vale señalar, que, pese el transcurrir de los años y haber sufrido daños importantes durante la gran tormenta de agua y viento que azotó a la capital provincial en el 2013 el “ombú de Sarmiento” platense se mantiene plenamente enhiesto y vigente.
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Dr. Manuel Fresco en el año 1937.
Con el transcurrir de los años el ombú creció majestuoso, en mi caso lo conocí siendo muy chico en la década de 50, ya con las manzanas demarcadas. En un sector estaban las instalaciones del club, ya propiedad de la institución por la donación efectuada por Doña Carmen Greene de Lombardini en 1952, y la otra manzana era un lote circundado por un alambrado sin edificaciones aún propiedad de la familia Greene, donde por lo general pastaban ovejas.
En el año 1960, cambió totalmente el paisaje, ya que la tierra extraída para la construcción de la pileta de natación formó alrededor del ombú grandes montículos de tierra, los que se extendían en forma irregular hasta ambas esquinas. Con la ayuda del sol, con el agua de las lluvias y las pisadas de la muchachada esos montones de tierra se convirtieron en la febril imaginación de los chicos en montañas que utilizábamos en todo tipo de juegos. Realmente fue una prueba de fortaleza y subsistencia del ombú ya que soportó estoicamente la invasión constante de pibes que tenían fácil acceso a su ramaje por la altura de las “montañas” que lo rodeaban.
No puedo precisar el tiempo que permaneció esa gran cantidad de tierra en ese lugar, pero, fue un lapso bastante prolongado. A la par de ello se comenzó a edificar la manzana que había sido de los Greene y el resto de la que ocupaba la sede social del club. También se normalizó el tránsito vehicular de ese tramo de la calle General Pacheco, con el lógico esquive del ombú que seguía creciendo, ocupando buena parte de la calzada e incluso el sector de vereda que le correspondían al club; más precisamente en la zona en la que se construyeron las instalaciones de las canchas de bochas inauguradas íntegramente en el año 1970, en los festejos del aniversario número cincuenta y tres de la institución.
(continuará).
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