Para los vedienses sentimentales, memoriosos, cargados de buenos recuerdos y de años vividos, seguramente serán coincidentes en resaltar como uno de los símbolos de nuestra infancia y adolescencia a aquel añoso y noble ombú, que estaba emplazado en la actual calle General Pacheco entre Almirante Brown y 9 de Julio, que se identificaba popularmente como el “ombú de Sarmiento”, pero, realmente, era “el ombú” para todos los pueblerinos.
Era majestuoso y en su maravillosa sombra, generaciones y generaciones de chicos, buscaron cobijo para sus juegos, para el descanso de las intensas aventuras deportivas y recreativas que vivíamos o para las reflexiones filosóficas propias de la edad; para los más grandes, lugar de encuentro, de citas, de descubrir los primeros besos, saborear los iniciales pitadas de cigarrillos, para zanjar virilmente entredichos o para recomponer vínculos momentáneamente deteriorados.
El ombú nació con mucha pompa, nos brindó contención, protección, fue un símbolo de nuestra comunidad por muchos años, para sucumbir tristemente en aras del progreso, tras muchas polémicas y discusiones criteriosamente resueltas. A veces la licitud, lo conveniente, lo correcto de las decisiones, no van de la mano con nuestros sentimientos, pero, hay que aceptarlo, aunque nos perturbe profundamente.
A raíz de una publicación en redes sociales, percibí la emoción de la gente grande y el desconocimiento de las nuevas generaciones sobre la existencia de aquel añorado ombú, por ello y en homenaje a todo aquello que nos brindó, en el medio de mis limitadas posibilidades, voy a tratar de contarles su historia y su polémico final.
Si bien en la actualidad los clubes, a la par de sus intensas actividades sociales y deportivas, cumplen un valorable aporte cultural, en antaño eran baluartes en ese aspecto institucional, eran verdaderos centros culturales con biblioteca, periódicos propios, disertaciones, conferencias, grupos teatrales, danzas, cine, muestras artísticas de distinta naturaleza, actos protocolares de envergadura para fiestas patrias o honrando a próceres o personalidades destacadas, entre un sinfín de acciones que enriquecían el acervo cultural de la comunidad.
En junio de 1938 asumió la comisión directiva del Club Deportivo Sarmiento, presidida por uno de sus socios fundadores el Sr. Casimiro Loeda Russ; la misma,prontamente y a instancias del Sr. Carlos Angiorama conformó una comisión de homenaje a Don Domingo Faustino Sarmiento, por cumplirse el aniversario cincuenta de su fallecimiento el 11 de septiembre de ese año. La misma quedó integrada por el Dr. Hipólito Roussillon en el cargo de presidente; secundándolo como vicepresidente Venancio González; Juan Espejo seríael tesorero; Orlando A. Ameglio el secretario y la completarían como vocales el mismo Carlos Angiorama y Héctor Bogarín.
Tanto los miembros de esta comisión, como los integrantes de la directiva se comprometieron en poner todo el esfuerzo necesario, para que el homenaje al ilustre sanjuanino con cuyo nombre el club se identificaba, alcanzara los ribetes de excelencia que tan ilustre personalidad merecía.
Don Carlos Angiorama, destacado directivo, inspirador del homenaje a Domingo Faustino Sarmiento.
El 11 de septiembre, tal lo programado, se llevó a cabo esa jornada de homenaje al insigne maestro, la que, por su desarrollo y por la participación masiva de la comunidad logró superar totalmente las expectativas existentes, resultando por ello un digno recordatorio para tan magna figura de nuestra historia.
Los actos conmemorativos tuvieron inicios con un el Torneo Abierto de Atletismo desarrollado en el Parque Perkins, en el que estuvieron presentes el Sr. Benigno Rodríguez Jurado, ex campeón sudamericano de box y en esos momentos Consejero de Educación Física Provincial; el Sr. Luis Suárez, ex campeón sudamericano de 800 y 1500 metros, instructor de la provincia; del multicampeón y recordman argentino y sudamericano de los 5.000 y 10.000 metros Roger Ceballos y del campeón argentino de los 800 metros Luis Elorga; quienes realizaron distintas exhibiciones. También tuvieron lucida actuación tres atletas de Junín, Juan Fusé que fue años después campeón argentino, sudamericano y representante Olímpico en Londres 1947, en lanzamiento de martillo; Saturnino Cuello, campeón sudamericano de medio fondo en Brasil el año anterior y Oscar Luis Venini, luego recordman argentino de los 100 metros en el año 1939. Estaba anunciada la presencia del “Ñandú Criollo” Juan Carlos Zabala, ganador de la maratón olímpica de Los Ángeles en 1932, pero a último momento, por razones de fuerza mayor no pudo viajar a Vedia.
Los campeones argentinos Luis Elorga y Roger Ceballos (el 2º y 3º de izquierda a derecha), participes de la jornada atlética en homenaje a D. Domingo F. Sarmiento.
De los locales se lucieron Jesús Sola de El Dorado ganador de 800 y 1500 metros y Alberto Latour triunfador en salto en alto. También tuvo una destacada actuación Lucas Artaza, también representante de El Dorado, quien entabló una pareja competencia en lanzamiento de bala con el antes destacado Juan Fusé. Los ganadores de las pruebas se hicieron acreedores a medallas de oro, en tanta que los segundos recibieron medallas de plata. El equipo representativo de Junín se llevó la copa asignada al conjunto ganador.
La Comisión del Distrito encargada de supervisar todas las actividades atléticas estuvo conformada por el Dr. Hipólito Roussillon, Luis Fernández Cedrón, Casimiro Loeda Russ y Oscar Lombardini.
Finalizada esta programación deportiva, los actos centrales de la conmemoración se llevaron a cabo en la sede social del club.
(continuará)
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